Los independentistas predican la separación de Estados Unidos con dignidad, asumiendo la responsabilidad de un orden económico distinto, independiente y consciente de sus consecuencias.

El liderato popular predica la separación de Estados Unidos, pero pidiendo más asignaciones federales creando un estado de dependencia económica con los Estados Unidos.

Predican el control de la inmigración y la aduana. Pero solicitan fondos federales para costear el proyecto de control de aduanas e inmigración. Piden que las cortes federales y la fiscalía federal no tengan jurisdicción en Puerto Rico. Pero piden fondos federales para combatir la criminalidad y fomentar el sistema de justicia. No quieren fomentar la enseñanza del inglés. Piden fondos federales para la educación. Piden hacer tratados económicos con las repúblicas de Latino-América. También piden concesiones económicas al Código de Rentas Internas Federal.

Los líderes populares son independentistas «con pistolas de agua». No tienen la verticalidad de pedir la autonomía con lo bueno y lo malo de dicho sistema político.

Pero el Senado Federal ya se lo dijo al gobernador, para salir del régimen colonial las alternativas reales son las estadidad o la independencia.

El problema es que él no lo entendió ya que se lo dijeron en inglés.