ENRIQUE CRUZ: ¿Cuál es el plan?

20 de noviembre de 2013

ENRIQUE CRUZ

Una de las prioridades del pueblo de Puerto Rico es su seguridad. Así quedó plasmado en la reciente encuesta de este periódico; así ha quedado expuesto y expresado por todos nosotros durante los pasados seis años.

Desde el cuatrienio del exgobernador Aníbal Acevedo Vilá, hemos discutido la falta de recursos en la Policía. Los presupuestos han ido bajando, los números de oficiales asignados a supervisar han ido descendiendo, lo mismo que los equipos necesarios para sus labores. En fin, las prioridades de los gobernantes y los cuerpos legislativos han ido a la par. En no poner los recursos donde el pueblo los necesita.

En el pasado, se ha legislado para dar subsidios de agua y luz a los residenciales, quitarles la cuota a los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y, más recientemente, el de darles $95 millones a las procesadoras de leche fresca.

En esas memorias también quedan las legislaciones con las que se les da un aumento de sueldo a los policías, la interminable promesa de pagar las horas extra a tiempo y recientemente hasta una tarjeta para cubrir el costo de los peajes en nuestras carreteras.

A todo esto se juntan las crisis económicas que hemos vivido de cuatrienio en cuatrienio desde el año 2000, en donde cada vez que entra un nuevo gobernante, hay déficits de miles de millones de dólares que supuestamente no permiten cumplir con compromisos pasados.

Esta administración empezó con el supuesto déficit que le dejó Fortuño de $2,200 millones, pero que ellos “por su esfuerzo y trabajo” lograron reducir a casi $300 millones. De allá para acá no ha llovido mucho, pero sí se ha gastado mucho.

A la UPR se le aumentó el presupuesto en más de $170 millones; al Departamento de Educación, que tiene el presupuesto más grande del Caribe, se le aumentó por más de $180 millones; a las procesadoras de leche fresca se les dio $95 millones y el Senado de Puerto Rico recientemente repartió $83 millones para distintas obras que incluyen, $2 millones para un parador en Vega Baja y hasta una piscina, digo, perdón, un natatorio en Humacao.

También se han ido sus milloncitos en la campaña de la Isla Estrella, en anuncios de obra gubernamental. En fin, esas cositas que he mencionado han provocado un gasto de cerca de $530 millones de “pesitos”. Y sólo llevan 10 meses en el poder.

Lo primero que me tengo que preguntar es, ¿y no que las cosas están malas? ¿Y no que Fortuño dejó esto maltrecho? ¿Y no que no hay chavos?

Pero la pregunta obligada y no política es, ¿dónde están las prioridades? ¿Dónde está el plan? ¿Cuál es el plan?

Lamentablemente no hay plan, es resolver y taparle la boca con chavos al que más grite o al que más aporte.

Lo que esta administración no acaba de entender es que su partido fue el que hizo el compromiso de aumentarles el sueldo a los policías, a quienes hoy se les deben sobre $300 millones. Lo que deben de entender es que es y seguirá siendo difícil traer nueva inversión a Puerto Rico mientras el problema de la criminalidad no se atienda, mientras a la Policía no se le den más recursos.

¿Usted me quiere decir a mí que de los $530 millones que se han gastado en estos diez meses no se pudieron haber sacado $100 millones para comprar patrullas nuevas, un sistema de computadoras y comunicación integrados? ¿Me quiere decir que no se pudo establecer un sistema de pago a esa deuda salarial que tenemos con los policías y abonarle $30 millones? O, ¿es que usted con sus acciones lo que me dice es que no le importa un bledo la seguridad de Puerto Rico?

Esas preguntas no son para el gobernador solamente, son para los cuerpos legislativos y, obviamente, para ambos partidos.

Obviamente, la seguridad no es una prioridad, la piscina de Humacao y el parador de Vega Baja sí.