Puertorriqueñidad

Puertorriqueñidad

21 de noviembre de 2013 – 

“Mi puertorriqueñidad no me la va a definir un independentista, un estadolibrista y tampoco un estadista”

Suministrada

Esta es la semana de la puertorriqueñidad y lo primero que me vino a la mente al momento de recordarlo es cuán ‘puertorriqueños’ somos… o nos creemos que somos.

En los bandos políticos escuchamos estadistas y estadolibristas hablar de puertorriqueños que se deben emular: los estadistas, con don Luis A. Ferré. Repiten “La razón no grita, la razón convence”, luego los veo y escucho insultándose entre ellos mismos en los medios de comunicación y en las redes sociales porque están con tal o cual candidato a la gobernación. Y ni hablar cuando se refieren a sus opositores ideológicos. En el bando estadolibrista ponen a Luis Muñoz Marín como la expresión máxima de la puertorriqueñidad porque “Muñoz entró ‘pela’o’ a la gobernación y así mismo salió, sin un chavo. Ese sí era un buen puertorriqueño”. No obstante, cuando el Partido Popular Democrático gana una elección, lo primero que piensan muchos de esos que se llenan la boca con Muñoz es en los ‘mordizcos’ que le darán al Pueblo a través de contratos.

De otra parte, si una persona cree en la estadidad le dicen que “no es puertorriqueño… le avergüenza ser puertorriqueño y quiere ser otra cosa”. Sin embargo, a los millones de boricuas que viven en los 50 ejemplos de estadidad, nadie le cuestiona su puertorriqueñidad. Es más, los que cuestionan la puertorriqueñidad de los estadistas de aquí, son los primeros en defender que esos estadistas/puertorriqueños ‘de allá’ voten sobre el futuro de los que nos quedamos sudando la patria. ¡Así cualquiera!

Según existen independentistas o estadolibristas que se burlan o critican de la puertorriqueñidad de un estadista, también existen estadistas que se avergüenzan de ser puertorriqueños. ¿Por qué? Esa parte sí que no la entiendo. Creen que mientras más se abochornen de ser puertorriqueños, más posibilidades tienen de ‘blanquearse’ la piel para parecer más a los sobrinos del Tío Sam. No creo que la puertorriqueñidad sea incompatible con creer en la estadidad. No se va a dejar de celebrar el Festival Indígena de Jayuya porque esto sea un estado. ¿No celebran los cubanos sus jolgorios en la Calle 8? ¿No celebran los mexicanos el 5 de mayo en cuanto rincón del mundo existe un ‘guey’? ¿No hay un Desfile Puertorriqueño en Nueva York y en Chicago? Si la estadidad no se traga la puertorriqueñidad de los que palean nieve, menos la de los que sentimos y saboreamos ese sol borincano, taíno, ‘portorro’ o como quiera llamarle. A otro perro con ese hueso.

Muchos fueron los ofendidos cuando Pedro Rosselló señaló con el dedo al ‘senior United States Senator from Oklahoma’, James Inhofe, en las vistas sobre Vieques (1999), y le dijo “don’t push it”. ¿Porque se ofendieron? ¿No es lo que haría un gobernador de cualquier estado defendiendo a sus constituyentes? ¿Fue menos puertorriqueño porque señaló al americano?

Mi puertorriqueñidad no me la va a definir un independentista, un estadolibrista y tampoco un estadista. Mi puertorriqueñidad es querer a mi País, es luchar día a día por dejarle a mis hijos un mejor hogar, un mejor futuro… es estar en una plaza histórica, a más de 4,000 millas de mi casa, y emocionarme al escuchar músicos que no hablan español tocando ‘Cumbachero’, de Rafael Hernández, … es sentirme orgulloso de dónde vengo. ¿Que pienso en ocasiones hacer la maleta? ¿Quién no? Con las cosas que pasan aquí… Pero no me doy por vencido, y si algún día me tengo que ir, no voy a ser menos puertorriqueño.

Ser un buen puertorriqueño no es ‘jartarse’ de bacalaítos y alcapurrias en Piñones, de lechón y pasteles en Guavate, escuchar a ‘Maelo’ y Cortijo, o Roy Brown y Andrés Jímenez… mucho menos levantar el puño izquierdo y gritar “Viva Puerto Rico libre”.

Ser puertorriqueño debe ser escuchar a los demás y respetar sus posiciones, aunque no coincidamos.

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viernes, 29 de enero de 2010

Ser Puertorriqueño…

«Humildemente me esforzaré en amar, en decir la verdad, en ser honesto y puro, en no poseer nada que no me sea necesario, en ganarme el sueldo con el trabajo, en estar atento siempre a lo que como y bebo, en no tener nunca miedo, en respetar las creencias de los demás, en buscar siempre lo mejor para todos, en ser un hermano para todos mis hermanos.”
Ghandi
Obra: Los Pleneros
Wichie Torres

Quiero exponer mi opinión entre lo que es ser puertorriqueño pues a mi me preocupa lo que muchos de mis compatriotas piensan en lo que significa ser boricua.

Ser boricua no es solamente ondear la bandera y ponerla en el carro, usarla en camisetas, gorras o en pines en la solapa, esas son manifestaciones para identificarnos.

Ser boricua no es solamente oir canciones que digan “soy boricua… aunque naciera en la luna…” o canten “yo soy boricua ‘pa que tú lo sepas”, son canciones muy bonitas que apelan a los sentimientos y claro que nos gustan oírlas y manifestarlas.

Ser boricua no es solamente jalarse la camisa en actitud desafiante frente a un compañero jugador de otro país en un juego de baloncesto. Quizás en un momento pensemos que nos tenemos que dar a respetar pero ¿Qué piensan los demás de nosotros?

Ser puertorriqueño no es pensar en que un concurso de belleza donde nuestra compatriota gane la corona sea los más importante, claro que sentimos orgullo cuando uno de los nuestros triunfa, pero esto es un negocio como otro cualquiera.

Ser puertorriqueño no es querer tener un Comité Olímpico donde solamente nuestros atletas logran desfilar en la apertura, pero que luego no ganan una medalla y peor aún, no cualificar para ser sede.

Ser puertorriqueño no es hablar solamente español porque ese es “nuestro idioma”

Ser puertorriqueño es otra cosa…

Es conocer nuestra historia… no como la cuentan los políticos sino como pasó realmente

Es aprender todos los días a como progresar en la vida y como representar nuestro país dignamente

Es levantarse todos los días pensando en que podemos hacer por nuestra patria.

Es apoyar y patrocinar lo que produce nuestro país

Es ser un buen vecino y un buen ciudadano.

Es estudiar de primera mano lo que pasa en el país, y no escucharlo a través de la opinión de los analistas o políticos que solo buscan tergiversar los hechos segun les convengan o peor aún, ser indiferente.

Es respetar la diversidad de opiniones y no ofender por política o religión.

Es aprender bien el español, oral y escrito, y a la vez aprender otro idioma.

Es permitir que el país progrese, participando activamente en el mejoramiento y desarrollo de proyectos que beneficien en infraestructura, turismo, educación, salud, arte y cultura, en fin dar la milla extra en lo que seamos buenos sin ser obstáculo para los que no piensan como nosotros en ideales políticos y de estatus.

Es no abusar del alcohol, las drogas, el sexo, el juego y muchos otros vicios que nos hacen tanto daño.

Es respetar a los niños, ancianos y mujeres; tener buenos modales y acatar la leyes.

Ser puertorriqueño es pensar en que es bueno para la patria y para nosotros.

Somos un pueblo hospitalario, alegre, luchador, cristiano, compasivo, orgulloso de nuestras raíces, pero a veces nos salimos del carril, vivimos tiempos difíciles pero si cada uno ponemos de nuestra parte lograremos grandes cosas y … que bueno que nos digan ¡Puerto Rico que maravillosa isla y su gente que gran cultura tiene!

Esta es una de las columnas más visitada en este blog… ¡Gracias!
Ojalá este mensaje sirva de inspiración a quien lo lea para ser mejor ciudadano cada día, no se trata de política, no se trata de religión, se trata de hacer lo correcto. Mis mejores deseos de sana convivencia en un Puerto Rico que se nos va de las manos si no nos proponemos cambiarlo, cambiando nosotros primero.
Publicado por Marilou Rivera Ramos

Entradas más leídas esta semana… Gracias

15 de mayo 2013

15 de mayo 2013

Yo quiero re-encaminar a América ¿Y tú?

“Todos entendemos que tenemos que vivir dentro de un presupuesto; nuestra fe, nuestra familia y la educación son claves en nuestras vidas y queremos que nuestros negocios prosperen. Esos son los valores hispanos, los valores conservadores y valores americanos. Pero sobre todo, son los valores que re-encaminaran a América”
Luis Fortuño
Orador principal en la “Cena Lincoln Reagan” del Partido Republicano de San Diego, California
El Vocero
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