Hace más de un año, el ‘Grupo de Trabajo del Presidente sobre el Estatus de Puerto Rico’, o el ‘Task Force’ de Casa Blanca como también se le conoce, anunció ‘con bombos y platillos’ que designaría y enviaría ‘expertos’ a la Isla para ayudar a la presente administración de turno local a manejar la crisis fiscal y económica que nos azota.

A pesar de los múltiples compromisos de Casa Blanca y de los funcionarios designados para ayudar a desarrollar las capacidades del gobierno de la Isla para superar nuestros retos económicos y fiscales, y de hasta celebrarse en Casa Blanca una ‘cumbre económica’ con representantes de diferentes sectores de la Isla, al presente se desconocen los resultados de estas acciones.

Y es que a pesar de estas movidas, promesas y los compromisos de la administración Obama, la economía de la Isla sigue en picada, con altos niveles de desempleo, y en fin, sumida en una profunda depresión económica que continúa agudizándose. Más aun, el gobierno de Puerto Rico está cada vez más cerca de la insolvencia, con su crédito a nivel ‘chatarra’, recurriendo a préstamos con elevados intereses para su subsistencia y todavía sin un plan integral para realmente controlar sus gastos, achicarse y reinventarse para ser más eficiente.

De hecho, la principal política pública que caracteriza al presente gobierno de turno local es la imposición despiadada de nuevos impuestos que han impactado severamente nuestro bolsillo y frenado a nuestro sector productivo. Y a pesar que justificaron este golpe con el cuento de que así ‘salvaron nuestras finanzas’ y de prometer que no habría más cargas contributivas, ahora maquinan un nuevo plan para establecer un impuesto al valor añadido (IVA) y un impuesto al barril de petróleo, entre otras medidas, que terminarán elevando el costo de bienes y servicios y representará una carga adicional a nuestro pueblo. Cabe preguntarse si estas medidas son recomendadas por los ‘expertos’ de Casa Blanca o una nueva improvisación de la presente administración.

Y mientras nuestra economía y calidad de vida siguen deteriorándose y se vacía la Isla, la administración Obama sigue obviando lo que realmente hay que hacer, sin más dilación y ejerciendo liderazgo para evitar que el gobierno local siga obstaculizándolo, para verdaderamente ayudar a Puerto Rico y resolver el gran problema de fondo responsable de nuestra crisis: el fracaso de nuestro estatus territorial-colonial bajo el ELA y las limitaciones que nos impone. Y esta inacción presidencial ocurre a pesar de nuestro mandato del pasado plebiscito de 2012 y de que de el propio ‘Task Force’ de Casa Blanca reconoce que “la identificación de la manera más eficaz de contribuir a la economía de Puerto Rico depende de la resolución de la fundamental cuestión del estatus” y que “el bienestar económico a largo plazo de Puerto Rico mejoraría considerablemente con una pronta decisión sobre el asunto del estatus”.