La situación económica y fiscal – Por Pedro R. Pierluisi

La situación económica y fiscal

Por Pedro R. Pierluisi / Comisionado Residente y Presidente del PNP

Puerto Rico enfrenta grandes retos económicos y fiscales, y veo a un gobernador desconectado de la realidad pues no reconoce que nuestra economía está desplomándose y que sus medidas fiscales no están dando resultado. Doy cuatro ejemplos porque, como dicen, para muestra un botón basta.

Primero, el gobernador dice que ha creado más de 50,000 empleos. Eso es falso. La realidad es que hoy tenemos 49,204 empleos menos que en diciembre de 2012; hay 60,207 personas menos en la fuerza laboral y el desempleo está en 14.1%.

Segundo, el gobernador dice que la economía está mejor que cuando él comenzó en enero de 2013. Eso es falso. La realidad es que todos los indicadores económicos demuestran que nuestra economía sigue perdiendo terreno. El Índice de Actividad Económica está más bajo que en el 2012. De igual forma han caído las ventas de auto, las ventas de cemento y las ventas de viviendas, luego de mejorar en el 2012.

El mejor indicador de cómo va nuestra economía lo vemos en nuestras calles llenas de casas a la venta, vacías o abandonadas y locales comerciales cerrados. Lo vemos en nuestra gente que se ve forzada a mudarse a los estados buscando trabajo y mejor calidad de vida.

Tercero, el gobernador dice que tenemos un presupuesto balanceado. Eso es falso. El presupuesto empezó mal pues ya contaba con un préstamo de sobre $250 millones para pagar los intereses de la última emisión de bonos. Y ahora, el consenso es que los recaudos proyectados se quedarán cortos por entre $500 y $800 millones.

El cuarto ejemplo es que el gobernador dice que sólo está pagando deuda que heredó. Otra vez, eso es falso. Desde que comenzó su gestión ha cogido más de $5,360 millones en nuevos préstamos, ha dejado de pagar $250 millones en préstamos del Banco Gubernamental de Fomento y $90 millones al Sistema de Retiro. Además, pretende hacer otra emisión de bonos por $2,500 millones, supuestamente para “resolver” la situación financiera de la Autoridad de Carreteras y capitalizar al Banco Gubernamental. Y para colmo de males, todos estos préstamos ahora nos cuestan mucho más caros como resultado de las recientes degradaciones del crédito de nuestro gobierno a nivel de chatarra.

Sin embargo, como es mi costumbre, no sólo he hecho estos señalamientos, sino también he ofrecido sugerencias y soluciones.

Llevo más de año y medio diciendo lo que hay que hacer para echar nuestra economía hacia delante. Hay que reducir significativamente el gasto gubernamental a $9,100 millones como estaba en el 2012. La Oficina de Gerencia y Presupuesto tiene que dar una directriz a todas las agencias para que recorten alrededor del 6% de sus gastos para el presente año fiscal. Hay que eliminar la patente nacional, la contribución especial del 2% a los que ejercen por su cuenta y el IVU en el muelle para darle un respiro al sector privado que puede crear los empleos que tanto necesitamos. Hay que reformar nuestro sistema contributivo para reducir, no aumentar, las contribuciones y los impuestos que paga nuestro pueblo. Y no debemos seguir endeudándonos. Si se va a refinanciar deuda, no se debe hacer para que el Banco Gubernamental de Fomento abra la pluma de gastos por motivos político-partidistas.

Lo que hace falta es que el gobernador reconozca que la mejor manera de salir de la crisis actual es fortaleciendo a nuestro sector privado y dejando de pasarle la factura a nuestra gente por los gastos excesivos del gobierno.

Más aún, tiene que darse cuenta de que nuestro estatus no da más y que es con la igualdad política y social que vamos a progresar.

¿Panorama de más impuestos?

Por Edgar Rodríguez Ríos / Director Ejecutivo Telecomunicaciones Pontificia Universidad Católica

La gravedad de la situación económica de Puerto Rico hoy se debe a que la mayoría de las decisiones económicas están vinculadas al problema de la deuda. Ni el crecimiento económico ni mejorar la distribución del ingreso tienen una prioridad tan alta. Esta trampa económica requiere de medidas drásticas que socavarán nuestro potencial económico a corto, mediano y largo plazo.

El debate que ha surgido en los países que han caído en la trampa de la deuda está relacionado al diseño del ajuste fiscal. El gobierno tiene que tomar la decisión sobre si el necesario ajuste será basado en reducir el gasto público, aumentar la carga contributiva o una mezcla de ambos enfoques. La decisión se realizará dependiendo de cuán rápido y eficiente se puede resolver el problema y de cuán bajo será el impacto sobre el crecimiento económico.

Las investigaciones de los últimos cuatro años apoyan la reducción en el gasto público como herramienta principal dentro del diseño. Por ejemplo, un reciente artículo de Alberto Alesina y Veronique de Rugy sostiene que los programas de ajustes fiscales más exitosos están relacionados con reformas en el gasto público. Otro estudio realizado por Gareth Jones plantea que ajustes fiscales basados en recortes de gastos son menos recesivos que aquellos enfocados en aumentos en los impuestos. Finalmente, los economistas Jaime Guajardo y Daniel Leigh hallaron que los países que realizaron ajustes fiscales basados mayormente en aumentos contributivos sufrieron el doble que los que utilizaron recortes de gastos.

Las expectativas de los consumidores, empresas e inversionistas juegan un papel fundamental. Los ajustes fiscales basados en aumentos en la carga contributiva generan expectativas de aumentos impositivos posteriores. De hecho, las investigaciones de Alesina revelan que la reacción del sector privado es mucho más negativa cuando los ajustes fiscales se enfocan en alzas contributivas.