La universidad en la tierra del pueblo – Mario Ramos

La universidad en la tierra del pueblo

• Mario Ramos, Historiador
• 08/03/2019
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La universidad está en la tierra y la tierra es del pueblo. A eso se dirige la Universidad de Puerto Rico en Bayamón. Era el año 1970 y el entonces asambleísta municipal Ramón Luis Rivera visitó a Jaime Benítez que presidía la universidad del Estado. No iba solo, pues el alcalde de Bayamón, Guillermo Campos Ayala, le acompañaba. El motivo era convencer a don Jaime de que se construyera un colegio regional en la Ciudad del Chicharrón. Sólo un elemento acabó con la negativa de c https://www.elvocero.com/opinion/la-universidad-en-la-tierra-del-pueblo/article_52d44a14-4149-11e9-b0ea-8f68e44c255d.html onceder la petición del alcalde y del asambleísta; la tierra.https://www.elvocero.com/opinion/la-universidad-en-la-tierra-del-pueblo/article_52d44a14-4149-11e9-b0ea-8f68e44c255d.html

El compromiso de que el mismo gobierno municipal se encargaría de conseguir los terrenos fue patente, y ese mismo día, al salir de esa reunión, se fueron a hacer un recorrido por la comarca munícipe. Encontraron unos terrenos baldíos donde sita hoy este prestigioso recinto cuyos éxitos los alcanza en silencio sin que, prácticamente, nadie se entere. Una calidad académica que pasa desapercibida, con una facultad de excelencia comprometida con la comunidad estudiantil y con la comunidad externa.

En plena gestación está un acuerdo con el Departamento de Hacienda para una colecturía dentro del recinto, donde estudiantes de contabilidad y finanzas serán recursos de apoyo. Estos, a su vez, harán internados en el mismo departamento con miras a adquirir experiencia y luego insertarse en el mundo laboral. De la venta de sellos tendrá un por ciento de participación, y el local será mediante un contrato de renta que le allegará fondos adicionales a la universidad. Siendo el tercer recinto con mayor cantidad de estudiantes y sin recibir un presupuesto proporcional a sus activos tangibles e intangibles, esto evidencia que, como decía Albert Einstein, a veces “la imaginación es más importante que el conocimiento.”

A esto debemos añadirle que está por comenzar un programa para crear empresarios agrícolas. La Escuela de Agricultura y Empresarismo Agrícola de Comerío tiene el objetivo de desarrollar las técnicas para el montaje de fincas y cultivos variados. Con un programa curricular ya creado —donde el 25% será teoría que los introducirá a tópicos como crisis y seguridad alimentaria, y sostenibilidad agrícola y el restante setenta y cinco será práctica— en específico se dirige a promover la diversificación de la producción de este sector en la zona y crear cooperativas agrícolas con el fin de desarrollar nuevas empresas de agricultura que incidirán en la creación de nuevas alternativas de empleo.

Por ser una isla pequeña donde todo lo que se hace o dice se enteran los demás, los municipios de Bayamón, Toa Baja, Guaynabo y Cidra —en ese orden cronológico— se están incorporando al proyecto, que desarrollará sistemas hidropónicos, criaderos de cerdos y aves, viveros ornamentales, fincas ecológicas y fincas convencionales intensivas, entre otras. En el caso de Toa Baja, por ejemplo, el valle del Toa es un recurso de incalculable valor —por su extensión y fertilidad— para el desarrollo de estas pequeñas empresas que serán actividades económicas en un sector que ha sido relegado y, a veces, abandonado desde la Operación Manos a la Obra y la Batalla de la Producción a finales de los años cuarenta. Época donde Puerto Rico se le vendía a los grandes intereses extranjeros con exenciones contributivas leoninas, subsidios de agua y luz, cero uniones obreras y la insólita promesa de salarios bajos. La agricultura fue soslayada y para principios de la década del sesenta representaba menos del 5% del PIB. (Véase a James Dietz, Historia Económica de Puerto Rico.)

En unos tiempos donde los especuladores y desarrolladores adquieren la tierra para sembrar cemento y luego vender lo construido a precios exorbitantes, conservar y sembrar lo poco que nos queda de terreno es de vital importancia para el desarrollo de la agricultura en un Puerto Rico pequeño y rodeado de agua. Gracias a estos proyectos de la Universidad de Puerto Rico evitamos que se nos muera el País por los que ven en su destrucción una manera expedita de lucro y un enriquecimiento a mansalva. Al enterarme de esta extraordinaria iniciativa del rector Miguel Vélez Rubio retumbaron como cañonazo en mi memoria las palabras inmortales que el revolucionario mexicano, Emiliano Zapata, le dijera a su pueblo: “La tierra solo es de quienes la trabajan con sus manos.”

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Mario Ramos

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