Secretario del DACO advierte es ficticio el “alivio” al consumidor en el precio de la gasolina

Con la veracidad de los descuentos por temperatura en el precio de la gasolina en disputa, el secretario del Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO), Omar Marrero, no ha podido determinar cómo uno de sus predecesores –el ahora senador y candidato a la gobernación, Alejandro García Padilla– emitió en el 2005 un reglamento usando lo que el funcionario llama una “fórmula fatula”, que dice imposibilita saber la suerte de los ahorros millonarios prometidos a los consumidores boricuas.

“Todo fue un engaño”, dijo Marrero, cuya oficina está a punto de emitir un borrador de enmiendas al Reglamento para implantar el ajuste por temperatura en los volúmenes de los combustibles derivados del petróleo (PM-12), para entonces ir a vistas públicas. “Todo fue óptico. Nada garantiza al consumidor que recibe el descuento. El reglamento actual no sirve”, ya que no refleja si los mayoristas le aplicaron al precio del combustible un ajuste por temperatura a los detallistas y que estos, a su vez, se lo pasaron a los consumidores.

El reglamento PM-12 presuntamente debe regular los descuentos por ajuste por temperatura en los distintos eslabones de la cadena que cubre de mayorista a consumidores. El mismo fue aprobado en el 2005 y entró en vigor nueve años después de que la Legislatura aprobó la Ley 157 de 1996, la cual requería del DACO establecer un reglamento en un período no mayor de 120 días para garantizar la transferencia por precio correspondiente al ajuste por temperatura.

El proceso sin embargo se estancó. Ya para el 2000, el DACO había informado en más de una ocasión a los legisladores que no podía diseñar el mecanismo con el cual imponer un reglamento que no estuviese en conflicto con un libre mercado. En respuesta, la Legislatura trató de derogar el requisito de tal reglamento pero el esfuerzo quedó en nada luego que el entonces gobernador Pedro Rosselló vetó el Proyecto de la Cámara 2861, del 2000. Ello, luego de reunirse con el licenciado José Alfredo Hernández Mayoral, quien meses antes había radicado el llamado caso Jesús Trilla, según se explica en un recuento de la Esso Standard Oil ante el Tribunal Supremo.

Marrero no es el único que cuestiona el papel de García Padilla en la disputa legal entre los gasolineros de Puerto Rico y varias empresas de combustible internacionales, donde hasta ahora los únicos beneficios tangibles parecen ser los multimillonarios honorarios de abogado.

“Las compañías (mayoristas) están incluyendo un ajuste en el costo de la gasolina, pero no hay manera de constatar si ha habido tal ajuste o no”, dijo el licenciado Carlos Montañez,  abogado de la Asociación de Detallistas de Gasolina (ADG). Añadió que solo uno de los mayoristas –Total Petroleum Puerto Rico– refleja en su factura a los detallistas el precio de compra del producto y la reducción por el ajuste en temperatura. “Las demás no hacen nada”, sostuvo.

Al precio de compra, los detallistas suman su margen de ganancia.

Pero aún la información provista por Total, alegadamente tampoco es suficiente. Montañez insistió en que el DACO tiene que acabar de aprobar las enmiendas propuestas al PM-12 para darles el crédito por volumen, en lugar de usar una fórmula, cuya efectividad es cuestionada por gran parte de la industria.

No hay manera de garantizar que los consumidores reciben descuento en gasolina por el ajuste de temperatura

Un  resumen del DACO del caso de Jesús Trilla, explica que el Reglamento para implantar el ajuste por temperatura en los volúmenes de los combustibles derivados del petróleo PM-12, usa una “fórmula especial” para concluir que el ajuste a nivel de los consumidores debía ser 0.3 centésimas de litro. Por tal razón, a partir de mayo del 2005 la gasolina dejó de venderse a 0.9 y los precios pasaron a ser 0.7.

Sin embargo, el secretario de esa agencia, Omar Marrero, explicó que “tal acción resulta ridícula en un mercado donde los precios no se regulan, ya que no hay manera de garantizar el descuento”.

La Esso Standard Oil –que acaba de llevar su pelea contra el PM-12 al Tribunal Supremo de Estados Unidos– coincide: “de conformidad con el PM-12, el detallista puede fijar cualquier precio que quiera, siempre y cuando el precio termine en una fracción que no sea mayor de siete décimas de centavo. Por lo tanto, el PM-12 presume que el consumidor se beneficia más cuando compra la gasolina a 90.7 centavos por litro, que cuando la compra a 59.9 centavos por litro. La noción de que el precio tenga que terminar con una fracción de 7/10, no es más que una falacia.  En un mercado no regulado, la fórmula que establece el PM-12 no tiene significado real, ya que el precio final de la gasolina sigue a la discreción de los detallistas”.

Otro problema con el PM-12 –según Marrero– es que no se sabe cómo fue que el entonces secretario del DACO, Alejandro García Padilla, llegó a la fórmula de las siete décimas, ya que todo lo que el reglamento dice es que “se estima que el ajuste equivale a una fracción de dos (2) décimas de centavo por litro”. Pero, los actuales economistas del DACO no han encontrado récords que muestren cómo se llegó al susodicho estimado.

Por su parte, los detallistas proponen que se elimine el descuento de 0.3 centésimas y se sustituya por un descuento en el precio a nivel de la bomba que, a su vez, refleje el descuento que ellos reciben. También piden que el ajuste se haga usando la práctica mundial de tomar la temperatura ambiente de 60 grados Fahrenheit como parámetro.

Tabla:

A cirugía el PM-12

El porqué DACO coincide con la Asociación de Detallistas de Gasolina en las ventajas al consumidor de enmendar el reglamento PM-12 para que en el ajuste por temperatura se use el concepto de volumen en lugar de la  “fórmula especial” del 2005:

• La gasolina reacciona a los cambios en su temperatura expandiendo su masa a temperaturas altas, y reduciendo a temperaturas bajas, es decir que a mayor temperatura mayor volumen, pero con el mismo rendimiento energético.

• Tomando como base que la gasolina se mercadea en todo el mundo a 60 grados, su volumen no es igual a los 87 grados de temperatura promedio que tenemos en Puerto Rico.

• Cuando la gasolina se expande, crece su masa, mas no así sus componentes energéticos. Esto significa que un consumidor que hecha $20 de gasolina en un día bien caliente recibe menos rendimiento del combustible que un consumidor que hecha gasolina en un día frío.

• Por tal razón, para cumplir con el ajuste, es necesario compensar por el cambio en volumen de la gasolina (componentes energéticos) otorgando un crédito a los detallistas, que luego debe ser pasado al consumidor.

Fuente: Departamento de Asuntos del Consumidor