{A un año de AGP/PPD se ha desplomado la economía, se han destruido las corporaciones públicas; el discrimen, maltrato y persecución de los Pro-USA ha paralizado todas las oficinas del Gobierno. Como ha sido por el pasado Medio Siglo el PPD Fabrica Pobreza, malgasta los fondos públicos y no hacen obras. El siguiente escrito es de una escritora que No es Pro-USA. La consideramos neutral, por lo que entendemos es una visión bastante objetiva de la realidad Puertorriqueña. Hay expresiones en las que diferimos, como por ejemplo, Fortuño/PNP perdió en el 2012  no por el voto castigo, sino porque los mismos que han llevado a perder al PNP en el 2000 y 2004 coordinaron la abstención de 125,000 Penepés, pero eso todavía no se ha estudiado y analizado públicamente. Lean Escritos sobre Economía en Estado51Prusa.com –https://estado51prusa.com/?p=37399   https://estado51prusa.com/?s=Economia&x=10&y=7}

Pasando balance (Parte I)

Cambiar al residente de La Fortaleza no cambia el rumbo de la caída por el precipicio de la desesperanza

A más de un año de las elecciones del 2012, el Pueblo se mira en el espejo de su propia conciencia, frustración y parálisis socioeconómica que raya en una depresión. Cambiar al residente de La Fortaleza no cambia el rumbo de la caída por el precipicio de la desesperanza. Certificar mediante una encuesta periodística lo que es el conocimiento público, no cambia el panorama. La manipulación de la opinión pública intentando asumir control de la percepción de la realidad, se torna un juego peligroso con posibles repercusiones sobre la salud mental de un Pueblo.

Independientemente de la agenda de quienes pagan por la encuesta, la realidad no se puede ocultar. No hace falta una encuesta para legitimar la realidad que vivimos. Tampoco puede ser la embocadura para impulsar una agenda de trabajo de un periódico en particular, usando de escudo a un grupo a que auspician; convirtiéndose el mismo, lejos de una organización de base comunitaria, en parte del sector privado del conglomerado empresarial de una familia.

A grandes rasgos se repite la historia desde que Sila María Calderón llegó a la gobernación en el 2000. El Pueblo se volcó para arrebatarle el poder de dos cuatrienios a Pedro Rosselló González (PNP). Para unos sectores Rosselló representaba la corrupción gubernamental, mientras para otros lo trataban como si fuese el ‘Messiah’ con su obra faraónica camino a la estadidad. Rotulando a Puerto Rico como una gran ‘comunidad especial’, la primera mujer en la gobernación, Sila María Calderón (2000-2004), no se expuso a intentar revalidar por un segundo término. Trató de designar como sucesor a José Alfredo Hernández Mayoral, pero fue retado por Aníbal Acevedo Vilá, quien llegó a la gobernación en el 2004 tras una decisión cuestionable del Tribunal Supremo de Puerto Rico (TSPR), con su interpretación a su favor de los votos mixtos.

El cuatrienio del 2004 a 2008 bajo la incumbencia de Aníbal Acevedo Vilá trazó el camino claramente de la debacle fiscal, con el cierre del Gobierno que marcó la antesala a la aprobación del IVU, aumento en el costo de los servicios básicos y peajes en las carreteras; so pena de la degradación de bonos. No obstante, dichas estrategias financieras no resolvieron, ni la deuda acumulada, ni el gasto público excesivo. La desmoralización del Pueblo ante el efecto sobre sus bolsillos de las medidas impositivas, acompañado por la acusación criminal del entonces gobernador aferrado a la relección, para combatir sus acusaciones criminales, llevó al copo electoral del PNP en el 2008.

Un ejemplo de lo que ha sido el PPD por el pasado Medio Siglo han sido las Comunidades Especiales – Rótulos sin Obras

Ante la advertencia que hizo Acevedo Vilá de la necesidad de cesantear a cerca de 30 mil empleados(as) públicos para cuadrar la caja, Luis Fortuño llegó a la gobernación con su promesa falsa de que no iba a “botar a nadie” del gobierno. No obstante, tan pronto llegó a Fortaleza, Luis Fortuño se puso su propia soga al cuello, con la Ley 7 que viabilizó la cesantía masiva de empleados públicos para reducir la nómina del gobierno, incumpliendo su promesa principal de campaña. Además impuso una contribución especial a partir del cómputo del pago que los propietarios hacían al CRIM. Su otra promesa de frenar el gasoducto que atravesaría el corazón de la Isla; también se hizo sal y agua. El gobernador Luis Fortuño contrató a otra firma para rediseñar un proyecto de ‘paja’ y canalizar millones de dólares a otro amigo de la casa. El ‘banquete total’ que se desayunó, almorzó y cenó el PNP, incluyó por vez primera asumir el control del TSPR. No satisfecho con tener una mayoría en el TSPR, el liderato senatorial bajo el PNP, intentó asumir la presidencia del más alto foro judicial, con una pesquisa infructífera contra el juez presidente Federico Hernández Denton. Por otra parte, sembraron a sus alicates políticos en la Oficina del Panel del Fiscal Especial Independiente, ampliando sus poderes y duración de términos en sus sillas; presto a aguillotinar a su oposición.

El PNP no supo aquilatar la escritura en las paredes. Mientras el público miraba anonadado con el ejercicio insaciable del poder político del PNP, incluyendo los capítulos interminables del enfrentamiento con los estudiantes en la Universidad de Puerto Rico por el aumento de matrícula, con una cuota especial, dicha colectividad política se labró un camino maltrecho hacia la reelección en el 2012. El PNP decidió celebrar una serie de referéndums en año electoral. En lugar de su victoria, uno a uno fue marcando su derrota. Incluso, su táctica de ‘plebiscitar’ las elecciones, en torno al estatus político de Puerto Rico, solo sirvió para abrirle una opción a los(as) estadistas para votar en contra de la colonia, a favor de la estadidad en una papeleta totalmente amañada por su diseño, a la vez que le votaban en contra a Luis Fortuño en la papeleta para la gobernación.

El voto castigo en contra de los abusos del poder del PNP le abrió camino estrecho al PPD. Alejandro García Padilla (PPD), un candidato de peso liviano, carente de ideas profundas para sacar a Puerto Rico del hoyo en que nos encontramos, tuvo un golpe de gracia para llegar a la gobernación. El Pueblo decidió que había que frenar al PNP en su estilo abrasivo del ejercicio de su poder político. Casi por ‘default’, Alejandro García Padilla fue electo gobernador; no porque el electorado necesariamente pensara que tenía la profundidad analítica y administrativa para dirigir los destinos del Pueblo. Continuará.

EL VOCERO/ Archivo