Comisionado residente Pedro Pierluisi. EL VOCERO / Eric Rojas

Sin embargo, no es menos cierto que estamos enfrentando tiempos difíciles desde hace varios años. Sufrimos de un estancamiento económico que dificulta nuestro desarrollo y bienestar. Los índices de actividad económica han reflejado bajas consistentes durante este año. El desempleo continúa en cifras inaceptables y la falta de oportunidades está desalentando a quienes buscan trabajo.

La administración actual ha fallado en su política económica y fiscal, pues ha aumentado innecesariamente los gastos del gobierno, ha pretendido imponerle cerca de $1,500 millones en nuevos impuestos y contribuciones a nuestro sector productivo y ha desmoralizado a la gran mayoría de nuestros servidores públicos.

Por otro lado, la falta de derechos y oportunidades que emana de un estatus político que ya no sirve se manifiesta en una sociedad plagada de negativismo, en falta de seguridad personal y colectiva, y en una pérdida de población que afecta nuestro futuro.

Ahora bien, Puerto Rico ha enfrentado grandes retos en su historia y siempre ha podido salir adelante. La capacidad de nuestra gente para superarse y para luchar está probada. Estamos a tiempo para hacer lo que hay que hacer.

Nuestras empresas y nuestra fuerza trabajadora pueden echar el resto. Pueden seguir creyendo en Puerto Rico, buscando nuevas oportunidades para expandir sus negocios, generando los empleos que tanto necesitamos, y siendo más productivos. Pueden dar la milla extra para sobrepasar esta crisis.

Más importante aún, nuestro gobierno puede incentivar a ese sector privado para que crezca y se fortalezca. Puede reducir los costos de hacer negocios en Puerto Rico, promover las exportaciones, atraer nueva inversión, ser eficiente en sus servicios al pueblo, y establecer las condiciones necesarias para la creación de más y mejores empleos.

Además, los puertorriqueños podemos recobrar los valores que nos han distinguido. Podemos apoyar a nuestra juventud, servir a nuestra comunidad y fomentar el espíritu de cooperación que necesitamos para convivir mejor. Podemos darle prioridad al respeto de los derechos de nuestro prójimo, comenzando con el derecho a la vida e incluyendo la libertad de expresión, asociación y culto, así como el derecho a vivir sin ser discriminado.

Asimismo, podemos lograr que Puerto Rico tenga la calidad de vida que todos nos merecemos. Podemos lograr la igualdad política a la que todos tenemos derecho a aspirar. Podemos lograr un cambio estructural, un cambio de nuestra plataforma económica y política, con el fin de alcanzar el bienestar económico y social que gozan nuestros conciudadanos en los estados. Podemos tener plenos derechos democráticos, más oportunidades y las condiciones necesarias para crecer, desarrollarnos y tener éxito. Podemos convertir a Puerto Rico en un mejor lugar para residir, trabajar, invertir y disfrutar la vida. Podemos lograr el Puerto Rico que todos queremos.

Podemos hacerlo.

EL VOCERO / Archivo

En Estados Unidos por ejemplo, su recuperación avanza gracias a las acciones tomadas oportunamente para afrontar la denominada Gran Recesión. Estos esfuerzos han contado con planes estratégicos efectivos, liderazgo y la comunicación necesaria para explicar su alcance y generar confianza y optimismo colectivo. De hecho, recientemente se anunció que el crecimiento Nacional superó al pronosticado y que el nivel de desempleo es de 7.0%, el más bajo desde noviembre de 2008. Asimismo, los estados de la Unión registran expansión y la mayoría tienen un nivel de desempleo significativamente menor o cercano al 7.0% mientras que solo un puñado lo sobrepasa, teniendo Nevada y Rhode Island los índices más elevados con 9.0%.

En América Latina y el Caribe también se ven avances significativos en términos de crecimiento económico gracias a la voluntad y a estrategias de países de esta región que dejaron atrás lastres que los llevaron a tocar fondo e inhibieron su progreso. Estos, han implantando reformas y ajustes estructurales que les han facilitado insertarse en las nuevas corrientes globales, sacando ventaja de sus fortalezas y recursos, atrayendo inversión extranjera y estableciendo alianzas y arreglos comerciales para exportar bienes y servicios. Expertos coinciden que para este año 2014 la región continuará creciendo en parte por el empuje de países como Panamá, República Dominicana, Colombia, Perú, Chile y Brasil.

De igual manera, jurisdicciones en Europa, Asia y África han adoptado medidas para sobrellevar la crisis y avanzar su desarrollo. Aquí llama la atención el caso de Grecia ya que se ha comparado con el de Puerto Rico. Tras la implantación de reformas estructurales, Grecia ve señales de estabilización que recientemente motivaron a Moody’s a mejorar su clasificación crediticia.

Contrario a estos casos reseñados, Puerto Rico experimenta una contracción económica profundizada en los pasados meses y caracterizada por un desempleo de 14.7%, el desplome de otros indicadores, la emigración de puertorriqueños y la posible degradación de nuestro crédito. Ante este panorama, es necesario acelerar la planificación y ejecución de las acciones necesarias para transformar a Puerto Rico y lograr que avance hacia su recuperación, respaldado por un nuevo modelo que potencie nuestro desarrollo sustentable.

Las alternativas y medios para echar hacia adelante a Puerto Rico abundan. Lo que hace falta es voluntad para que se implanten sin más dilación, recriminaciones ni excusas.

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 Un Nuevo año – un nuevo comienzo. Es sumamente admirable y hasta cierto punto intrigante ver como el mundo entero recibe con un casi frenesí el supuesto comienzo de un año sin darnos cuenta de que el “comienzo” se da cada día que abrimos nuestro ojos a un nuevo reto y aun nuevo amanecer.

Quizás esto se deba al deseo ardiente que palpita en cada uno de nosotros de esperar con ansiedad “ un nuevo año “ en el que todo sea mejor, haya más paz y todo lo que no marcha bien se arregle. Basta con escuchar en la jerga de estos días festivos la ya tradicional frase de “Quizás este año las cosas mejoren” Solo pensemos en el año pasado cuando además de un nuevo año comenzaba un nuevo gobierno.

Pero es que hay que ir más allá del año per se y darnos cuenta de que el año, el mes y el día lo hago yo.

Es con mi buen propósito, con el fundamento de mis valores e ideas que yo voy forjando cada día mi calendario personal y le voy dando todo a la vida todo lo que hay en mí.

Después  de todo un año es otro año. Es verdad que llegará con sus retos, situaciones y acontecimientos particulares pero está en mí, crecer o disminuir ante él.

En todo esto jugará un papel trascendental y único; la fuerza espiritual que halla en mi la fe, la esperanza y el amor que encuentre dentro de mi ser. Ellos son don de Dios para el ser humano y son el fundamento, con que en verdad se construye una nueva vida y un nuevo año.

Ojalá que todo el festejo con que se recibe un nuevo año sea fruto de una madurez interior. Que esta nueva oportunidad que Dios nos concede de comenzar un nuevo año redunde en una paz verdadera que solo comienza con la paz del corazón. Después de todo como decía Karol Joséf Wojtula (Juan Pablo II). “La paz del corazón es el corazón de la paz” y el fundamento incondicional de un nuevo año y de una verdadera vida de sanidad y funcionalidad.

Felicidades y bendiciones en este Año 2014

Mons. Wilfredo Peña Moredo
Párroco
Parroquia Santa Bernardita
Enero, 2014