Con esta determinación, Moody’s concluyó las revisiones que había iniciado en febrero de este año sobre las clasificaciones de Popular, Inc., Banco Santander Puerto Rico y FirstBank Puerto Rico.
Según el informe, la evaluación se concentró “en el efecto potencial de un mayor deterioro de la débil economía de Puerto Rico y la condición fiscal del Estado Libre Asociado (ELA), sobre el crédito de las instituciones financieras”.
Destacó que la Isla permanece en recesión desde 2006 y persiste la crisis ante el alto desempleo, la baja participación laboral, los altos niveles de pobreza, el descenso de la población y la debilidad que muestra el sector farmacéutico, que ha sido clave en la actividad económica del país.
En febrero pasado los principales bonos del ELA fueron llevados hasta el nivel especulativo o chatarra. Las agencias clasificadoras advirtieron que estarían pendientes al desempeño económico y tan reciente como el viernes pasado el Departamento de Hacienda admitió que sus proyecciones de recaudo, que es la base para parte del servicio de la deuda de $73,000 millones con los bonistas, no se cumplieron en abril por $442.3 millones.
Suministrada.
Con escasas variaciones, el sector de venta de autos nuevos continúa ante retos constantes, tras experimentar meses de desaceleración.
“Reconocemos que estamos experimentando una tendencia inquietante en la industria, en gran medida producto de la incertidumbre económica que impera en el país, lo que indudablemente impacta el costo de vida de nuestros clientes. Es inevitable que ante este cuadro, los consumidores pospongan compras como las de vehículos de motor nuevo”, dijo José Ordeix, presidente del Grupo Unido de Importadores de Automóviles (GUIA).
De acuerdo con el más reciente reporte de la entidad que agrupa a las principales distribuidoras de autos en la Isla, el volumen de ventas para abril del 2014 llegó a 6,430 unidades, para una disminución de 1,136 unidades al compararlo con el mismo mes el pasado año. En abril 2013 se vendieron 7,566 unidades.
Cuando se compara abril con el mes anterior, marzo, entonces la reducción es de -25.8. En abril se vendieron 2,228 unidades menos que en marzo.
Ordeix indicó que en el balance acumulado enero-abril de este año, la venta total de automóviles representó 29,718 unidades, para una disminución de -6.1% frente a lo registrado en 2013, con 31,664 unidades vendidas.
“Es el mes de menos ventas en lo que vamos de año, de hecho no veíamos un mes semejante desde abril del 2010. Más aún, tres de los últimos cuatro meses han reflejado una disminución en los resultados de ventas”, resaltó Ordeix, y planteó una vez más que continúan “con un patrón preocupante de contracción sostenida con una reducción acumulada en ventas de -6.1%”.
Destacó que de mantenerse dicha tendencia, “podríamos experimentar un año muy similar al 2011, en el cual las ventas se aproximaron a las 90,000 unidades”.
En autos americanos, todas las marcas reflejaron reducción para un -18.3%. Entre estas, Chrysler (-12.8%), GM (-10%) y Ford (-25%).
En los japoneses, con una caída global de -12.7%, las cuatro marcas de mayor reducción fueron Suzuki (-81.2%), que anunció el pasado año su salida del mercado local y de Estados Unidos, Subaru (-50%), Acura (-24.2) y Toyota (-21.3%). En cambio, Mazda mostró un alza de 63.6%, Mitsubishi de 57.3%, e Infiniti de 7.1%.
Por el lado de los Coreanos, Hyundai bajó -12.5% y Kia un 16.1%.
En el segmento de los carros europeos, la caída global fue de -18.2%. En detalles, Maserati y Lotus registraron una baja de -100% al haber vendido una unidad cada uno en el 2013. Para Volvo la caída fue de -71.4%, para Smart de-40%, Mini con -38.8% y Volkswagen con -25.7%. BMW registró un alza de 2.3%, Fiat de 3.2% y Porsche mantuvo una venta igual de 19 unidades.
En los europeos más populares, Audi registró -16% y Mercedes Benz -25.8%.
EL VOCERO / Archivo
Vaticiné en la pasada columna que la propuesta de nuevo presupuesto sometida por el gobernador Alejandro García Padilla a la Asamblea Legislativa hace dos semanas, con $1,375 millones en recortes y ajustes de gastos y entre $357 y $650 millones en nuevos impuestos, se quedará corta para cumplir la promesa de balancear el presupuesto. Ya que está basada en una proyección irreal de crecimiento de la economía de .2 por ciento para el presente año fiscal y unos recaudos esperados fantasiosos de $3.5 billones para los últimos tres meses (abril-mayo-junio) del mismo.
A este respecto la secretaria de Hacienda, Melba Acosta, ya advirtió que la insuficiencia presupuestaria a partir del 1 de julio podría llegar hasta los $2,225 millones. El viernes pasado se informó que los recaudos de abril de $1,180.9 millones se quedaron cortos por unos $442.3 millones, del ambicioso estimado de $1.6 billones. Lo mismo ocurrirá según se materialicen los recaudos para los meses de mayo y junio. Lo cual forzará enmendar la propuesta de presupuesto del ejecutivo proporcionalmente hacia arriba respecto a los recortes y ajustes de gastos, así como respecto a los recaudos a obtenerse con las nuevas medidas impositivas.
Sin ello haber ocurrido ya se oyen las voces de oposición a algunos de los recortes, ajustes de nomina y a los nuevos impuestos en la propuesta más conservadora y moderada del ejecutivo. Gran parte de la oposición provienes de las filas del propio partido de gobierno (el presidente de la Cámara, varios legisladores populares y los líderes sindicales). Lo que prefigura una tormentosa batalla de aquí al 30 de junio entre el ejecutivo y el legislativo, aumentando el riesgo de incumplimiento con balancear el presupuesto, la incertidumbre entre las casas acreditadoras sobre la seriedad del compromiso tanto del poder ejecutivo como del legislativo con el objetivo de balancear el presupuesto y el consiguiente reforzamiento de la creciente incertidumbre entre los agentes económicos (empresas y consumidores) sobre las perspectivas de recuperación económica.
Mientras tanto, la perspectiva del mayor recorte en el gasto gubernamental en nuestra historia independientemente si es de $800 millones, $1,375millones o $2,225 millones y de hasta $650 millones en nuevos impuestos o de si se balancee o no el presupuesto; prefiguran un considerable ahondamiento en la contracción de la actividad económica, la producción, el ingreso y el empleo. Ante este cuadro nada halagador hay que aumentar la vigilancia ante los anuncios de la Junta de Planificación ‘para actualizar los métodos que utiliza para proyectar el rumbo de la economía’, específicamente los deflatores del PIB, las proyecciones de crecimiento económico y las cuentas nacionales .
Todo ello en respuesta a la presión de poderosos bonistas que han perdido mucho dinero con la degradación de los bonos del ELA y que han planteado abiertamente que saldrían favorecidos con una revisión de los datos con resultados macroeconómicos más favorables. Así como con el reciente anuncio del Banco Gubernamental de Fomento de que va realizar ajustes estacionales en la estimación del Indicé de Actividad Económica que publica mensualmente a partir del informe para abril por publicarse. A ese respecto debemos aprender de la experiencia de Grecia, donde intentos similares de masajear los datos macroeconómicos para pintar un cuadro más favorable de lo real, a la larga reboto y al salir a flote la magnitud de la debacle, resulto en el impago de obligaciones desatando la peor crisis de deuda en su historia con catastróficas consecuencias económicas y sociales.
Catedrático de Economía de la UP
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