Al no efectuarse el depósito de $94 millones para cubrir el vencimiento de la Corporación para el Financiamiento Público (PFC, por sus siglas en inglés), se desvanecen las posibilidades del Banco Gubernamental de Fomento (BGF) para acceder al mercado de inversiones. Mientras, se acerca septiembre, fecha en la que todos los pronósticos señalan que el banco del estado quedará totalmente insolvente.
Si no hubo dinero para responder por la más pequeña de las deudas, el aviso implícito para los bonistas en el calendario del primer trimestre de este año fiscal, es que nadie está seguro de que se paguen los próximos vencimientos. Ya sea que la fuente de repago corresponda al BGF, el Fondo General o a las corporaciones públicas.
En la agenda de las obligaciones pendientes está el BGF con un pago de sus notas por $169.6 para el primero de agosto, así como otros $335 millones de la Corporación del Fondo de Interés Apremiante (COFINA), que se solventa del Impuesto de Ventas y Uso (IVU). Antes del 31 de agosto, la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) debe emitir $90 millones al Banco Popular, por el dinero que le prestó en mayo para cubrir la liquidación de una línea de crédito con Oriental Bank.
El Departamento de Hacienda, que realizó pagos recientes de las obligaciones generales (GO´s), está en busca de liquidez, pero en el mejor de los casos conseguirá $400 millones mediante bonos en anticipación de ingresos y pagarés (TRAN´s) con las corporaciones públicas. De otro lado, el BGF no tendrá emisión, a la AAA cada vez se le hace más difícil regresar al mercado de bonos y la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) deberá afinar en las próximas semanas un plan concreto de reestructuración.
En medio de tantos retos financieros, tal y como lo anticipó el BGF en su informe de mayo pasado y como han reiterado las casas acreditadoras, con la llegada de septiembre se cumpliría la total insolvencia del agente fiscal del Estado Libre Asociado (ELA).
Aunque se han anunciado conversaciones con los acreedores, tales gestiones dependen del plan que encausará el gobierno a partir del 30 de agosto y no será hasta entonces cuando se sepa qué parte de la deuda de $73,000 millones se podrá reestructurar, cuál no y si alguna no se pagará.
Tanto los bonistas en Estados Unidos, donde Puerto Rico es el tercer emisor más grande en el mercado municipal de bonos; como en la Isla, donde entidades, cooperativas y ciudadanos particulares invirtieron en el gobierno, existe temor.
A nivel local, el efecto sobre los bonistas puertorriqueños con el primer incumplimiento de la PFC es que no recibirán los rendimientos esperados, se limita la posibilidad de poder vender sus bonos y en el caso de que algún ¨hedge fund¨ interesará comprarlos, sería por un valor bastante bajo.
Aunque la presidenta del BGF, Melba Acosta Febo, ha dicho que la transferencia de $94 millones a la PFC no se hizo porque no hubo la asignación legislativa para este año, la posibilidad de que se pueda efectuar más adelante tampoco está clara.
Según el analista financiero y director general de mercados financieros y codirector del área de crédito municipal y corporativo de la firma NewOak en Nueva York, Triet M. Nguyen, ¨el verdadero impago (del PFC) se producirá el 1 de agosto, cuando el dinero tiene que ser enviado a los tenedores de bonos. Todavía no es absolutamente un impago real, justo lo que llamamos un ´default técnico´¨.
¨Es sólo una cuestión de tiempo antes de que veamos un impago real. El proceso ha comenzado¨, sostuvo Nguyen, a preguntas de EL VOCERO.
Por su parte, los economistas Elías Gutiérrez y Santos Negrón, dijeron por separado que para los puertorriqueños que usaron sus ahorros para comprar bonos de Puerto Rico triplemente exentos, que ahora no se pagarán, eso se traduce en menos capital. Para los retirados que contaban con el rendimiento de esos bonos para sus gastos, es más complicado.
¨En el caso de impago en la Corporación para el Financiamiento Público, esto significa que los que viven de esos intereses, de momento no le enviarán nada. Lo que uno concluye es que por lo menos en un año no estarían pagando y uno tampoco podría venderlo (esos bonos) porque no tienen rendimiento¨, explicó Gutiérrez.
Dijo que es un asunto complejo que se despacha con frialdad sin un mensaje sensible para los que depositaron su confianza y dinero en el gobierno. ¨El legislador Jesús Santa dijo que esos bonos se emitieron y estaba claro que no tenían respaldo ninguno. Entonces esto es como emitir deuda de alto riesgo que es como jugar a la lotería… y lo que le dicen a los que compraron es que son unos tontos porque estaban claros y eso es lo que podía pasar, insultan a las víctimas¨, manifestó Gutiérrez.
En su opinión, los bonistas han quedado con un instrumento sin rendimiento, que no pueden salir del mismo y prácticamente ¨me tienen capturado el capital¨.
Para el economista Santos Negrón, lo que resalta para el BGF es la imposibilidad de acceso al crédito, una mayor degradación de su crédito que está a un peldaño del impago y su anulación como agente fiscal. “La situación es una casi inimaginable. Estamos hablando de que todo dentro del BGF se paraliza. Para los que tienen bonos de la agencia, habría que ver cuál es el valor real en estos momentos y si en efecto el BGF se va en un impago total de sus responsabilidades, los acreedores tendrían que hacer sus gestiones de cobro por la vía que tengan a su haber, donde la legal es una de las posibilidades¨, explicó Negrón.
Para los bonistas, la aceptación de una extensión en el cumplimiento de los pagos y hasta un recorte en lo que finalmente puedan recibir, parece una opción menos perdidosa. Ese parece ser el aviso del gobierno.
La periodista Ileanexis Vera Rosado, colaboró con esta historia
You must be logged in to post a comment Login