Las negociaciones para la reestructuración de la deuda de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) podrían recibir un golpe negativo si el gobierno del Estado Libre Asociado (ELA) llega a un impago en las notas del Banco Gubernamental de Fomento (BGF) el próximo primero de diciembre.

Debido a que una parte de los bonistas en la deuda de $9,000 millones de la AEE también poseen bonos del BGF, para estos la disposición a negociar considera lo que ocurre con las otras inversiones donde tienen participación.

“La AEE está muy avanzada en el proceso de negociación con sus acreedores. Estamos conscientes que existen acreedores de la AEE que también son tenedores de papel de otros créditos del ELA. Dado esto, un evento de impago del BGF ciertamente no tendría un efecto positivo en las negociaciones de la AEE con sus bonistas, pero en este momento no estamos en posición de opinar sobre este tema”, contestó Melba Acosta Febo, presidenta del BGF, a preguntas de EL VOCERO.

De cara al reciente informe sobre la liquidez neta del banco, con $874.6 millones, de los cuales solo $52.1 millones es dinero en efectivo y en depósitos bancarios, se le cuestionó de qué factores depende para que mejoren esos números en el corto plazo, antes del 1 de diciembre, o si ante la cercanía de esa fecha las medidas que se puedan tomar requerirán de un tiempo mayor.

Acosta Febo indicó que tanto la liquidez del BGF como la de Hacienda son monitoreadas a diario. “Se toman diversas medidas administrativas para mejorar la liquidez, muchas de las cuales son medidas temporeras y de carácter de urgencia, que no deben ser replicadas en el futuro, dado eso la importancia de entrar en el proceso de restructuración de la deuda”, expresó.

Si finalmente el BGF no hace el pago de $354.7 como ya el gobernador ha advertido que podría ocurrir en diciembre, llegaría una nueva degradación que completaría los pocos escalones que le queda al ELA por bajar en lo último del nivel chatarra y que se refiere a la confirmación de la incapacidad de pago. Una degradación en esas notas del BGF sería severa por tratarse de bonos garantizados en su mayoría.

“Sobre el efecto en la calidad crediticia del resto de los créditos  en caso de un impago de las notas de BGF en diciembre, las casas acreditadores están en mejor posición de opinar. Ciertamente no sería un evento positivo.  Sin embargo, seguimos enfocados en tomar medidas que puedan ayudarnos con la liquidez”, declaró Acosta Febo.

-¿En esta etapa es inconsecuente o no una nueva degradación de crédito?

“Una degradación de crédito nunca es un evento inconsecuente”, puntualizó la funcionaria.

-¿En caso de no poder pagar el vencimiento de notas al 1 de diciembre, requieren de una preparación especial para manejar la situación, o ya con el equipo de asesores que tienen están listos para cualquier imprevisto o situación como esta?

“Se trabaja continuamente con medidas para mejorar la liquidez, sobre todo de frente a los pagos que tenemos que hacer de diciembre y enero.  Es importante hacer notar que gran parte del pago de diciembre de las notas del BGF tienen la garantía del ELA, por lo que son similares a un GO, y además están aseguradas”, planteó Acosta Febo.

-¿Concluida las conversaciones para un intercambio de notas del BGF, se están realizando gestiones similares con otros bonistas o por ahora están concentrados en los diálogos que iniciaron en Nueva York la semana pasada?

“Actualmente, estamos concentrados en continuar el diálogo con los inversionistas que se inició hace una semana en Nueva York y que da comienzo a las conversaciones de restructuración de nuestra deuda. El intercambio de notas del BGF será parte de la restructuración global de la deuda del gobierno. Otras gestiones de financiamiento podrán ser consideradas como parte de esta gestión”, contestó la también principal oficial financiera del gobierno.

Por su parte, el director de la Oficina de Gerencia y Presupuesto (OGP), Luis F. Cruz Batista, al ser abordado sobre el asunto de liquidez, se mantuvo en que “el Gobierno ha estado haciendo y seguirá haciendo todos los esfuerzos para mantener sus operaciones”.

“Hemos sido claros de los grandes retos que enfrentamos por el problema de liquidez, por lo que estamos vigilantes al flujo de efectivo diario para la toma de decisiones, estableciendo como prioridad los servicios esenciales a la ciudadanía”, reiteró Cruz Batista.

Hace 25 años, pensar en la idea de que el Banco Gubernamental de Fomento (BGF) podría alcanzar niveles de liquidez tan bajos como al presente, no estaba en la consideración de nadie. Hoy, registra una raquítica cifra de $874.6 millones de liquidez neta, de los cuales $52.1 millones es dinero en efectivo y en depósitos bancarios.

Esos números indican que a la mano no hay el dinero para pagar, sino una séptima parte del vencimiento de $354.7 millones al primero de diciembre próximo, la mayor parte de los cuales son notas garantizadas contra el Fondo General. Aunque hay otros activos que proveen liquidez, requiere de otras gestiones.

El gobierno debe buscar sobre $1,000 millones para obligaciones de sus diferentes emisores al 1 de enero de 2016.

La cifra revelada ayer corresponde al cierre del trimestre de julio a septiembre y refleja un agotamiento financiero significativo en el BGF. Según había admitido la presidenta del banco, Melba Acosta Febo, hace un par de meses experimentaron cierta mejoría hasta alcanzar casi los mil millones de dólares de liquidez total neta. En mayo tenían $777.9 millones.

Al 30 de septiembre de 2014 la liquidez neta estaba en $1,398 millones y de esa cantidad unos $232 millones era dinero en efectivo y depósitos, lo cual se proyectaba entonces como un síntoma claro de la insolvencia del banco.  Según informes previos del BGF, al 30 de junio de 2007, el total de activos del BGF fue de $11,900 millones y el total de pasivos de $9,700 millones, con activos netos de $2,300 millones.

El economista Santos Negrón, quien entre 1989 y 1995 fue vicepresidente y director de la Oficina de Análisis y Estudios Económicos del BGF, dijo a EL VOCERO estar muy sorprendido del ritmo de descapitalización que ha llevado el ente fiscal del gobierno y señaló que generalmente se pensaba que la liquidez rondaba en la normalidad en torno a los $3,000 millones.

“El BGF llegó a tener activos casi a nivel del Banco Popular en los 90. Tenía una función bien poderosa y tenía una solidez impresionante”, recordó Negrón, y mencionó que la descapitalización ha sido sostenida.

Analizó que por los pasados meses pareció que la liquidez llegaría a cero, pero con diferentes medidas le atajaron un poco el paso a esa caída “pero está en un nivel crítico”.

“Lo importante es lo que viene y las deudas acumuladas. Eso indica que está más grave que nunca y no hay ninguna posibilidad de que se recupere en los próximos meses. Es un escenario verdaderamente bien preocupante”, destacó el economista.

Explicó que al estimar las opciones para aumentar la liquidez, se podría concluir que “la institución no tiene salida”, toda vez que ha perdido la capacidad de realizar emisiones, la venta de activos para atraer efectivo tiene límites, y –entre otros- los depósitos incrementales de las agencias no son suficientes.

En cuanto al informe que emite el BGF, reconoció que es demasiado corto porque se limita a una hoja con algunos datos. “Debería haber una explicación y debería exigírseles que expliquen lo que implica ese nivel  de liquidez y cuáles son las alternativas que tienen a corto plazo”, planteó Negrón.

Como todavía no se han publicado los estados financieros auditados del gobierno, correspondientes al 2014, Negrón dijo que eventualmente van a tener que explicar mucho en dicho documento.

La semana pasada Acosta Febo anunció que el plan para un intercambio de notas con bonistas, que le allegarían unos $750 millones al BGF, quedaba sin efecto al no lograr la reacción esperada en las conversaciones que iniciaron.

En el sector privado y bajo las regulaciones federales, un banco en las condiciones del BGF ya se habría cerrado. El BGF opera como un banco central del Estado Libre Asociado (ELA), pero no es regulado por ningún ente al nivel de la banca comercial.