El gobierno de Puerto Rico podría allegarse sobre $475 millones si decidiera venderle el espacio de transmisión de sus televisoras WIPR y WIPM a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés), que busca ampliar el espectro de banda ancha a nivel nacional, mediante la compra del mismo a estaciones de televisión.
Aunque el equipo económico del gobernador Alejandro García Padilla explora diversas alternativas para incrementar sus ingresos, no está clara su decisión de participar en la subasta de la FCC, la cual podría dejarle una cantidad significativa de efectivo hacia el próximo año, cuando está previsto que se cumplan con los pagos a las estaciones que el regulador federal decida adquirir.
Al cierre de esta edición no se logró comunicación con Cecile Blondet, presidenta de WIPR, a quien se le dejó mensaje pero se informó que estaba en reuniones. El precio base para WIPR es $270.8 millones si vende todo su espacio de señal, y para su retransmisora WIPM unos $204.4 millones.
Estaciones en Nueva York, donde se identifican unas 30 en el documento de la FCC, son las de mayor valor y la que supera a todas es WCBC-TV, con un precio por su espacio de $900 millones.
EL VOCERO también indagó sobre la propuesta con Melba Acosta Febo, presidenta del Banco Gubernamental de Fomento (BGF) y principal oficial financiera del gobierno, pero la funcionaria comunicó a través de su portavoz de prensa que por el momento no tienen comentarios al respecto.
La Corporación de Puerto Rico para la Difusión Pública (CPRDP), que opera a WIPR, WIPM, y WIPR Radio, ha sido señalada por analistas como una de las entidades públicas cuyo funcionamiento debe evaluarse o reestructurarse, entre las diligencias para reducir gastos.
Al presente, el gobierno intenta encaminar la reestructuración de su deuda de $73,000 millones, al asegurar que enfrenta altas deficiencias de liquidez que le impiden cumplir con la totalidad de sus obligaciones.
Si finalmente el gobierno toma una decisión en la afirmativa sobre la propuesta de la FCC, tiene desde el 1 al 18 de diciembre a las 6:00 de la tarde, cuando vence el periodo de inscripción voluntaria. La semana pasada, la FCC anunció que el martes 17 de noviembre realizará un taller con el “task force” de la comisión de la subasta, en conjunto con los negociados de medios y telecomunicaciones inalámbricas, sobre el proceso de participación. Será de 10:00 am a 1:00 pm en las oficinas centrales de la agencia en Washington, DC.
La primera reacción del economista Elías Gutiérrez fue que ante una posibilidad como esa “hay que arrancarle la mano” a la FCC, sobre todo en este momento histórico cuando Hacienda no consigue incrementar sus ingresos a pesar de todos los impuestos y alzas, y el gobierno reclama que no puede pagar a sus bonistas.
“Hay que vender esos activos, porque se están subutilizando. Pero hay que evitar que lo vayan a torpedear. Si el espacio en la banda tiene ese valor pues hay que vender”, sostuvo Gutiérrez.
Fuentes financieras consultadas por EL VOCERO indicaron que “todo este asunto de la FCC parece una oportunidad extraordinaria, mira que ellos (la FCC) parten de una cantidades por el valor de esa banda ancha, que supera el valor real de muchas de esas operaciones de televisión. Ahí tienes a la corporación WIPR que no produce ingresos y ellos pueden buscar otras vías para difundir el asunto de cultura”.
Empero, la misma fuente reconoció que el gobierno no se inclina a cambiar la operación de WIPR TV porque emplea a trabajadores de la cultura y “eso levanta animosidad entre la gente, aunque muchos nunca vean la programación de ellos”.
Entre tanto, la propuesta de la FCC, la cual trabajan desde el 2012 y cuyo documento de licitación se hizo público a mediados de octubre, pretende hacerse de 600 MHz de banda ancha mediante compra a televisoras y luego venderá el espacio a las empresas de telecomunicaciones. La Oficina de Presupuesto del Congreso ha estimado que esta movida le podría dejar al gobierno federal entre $10 mil millones a $40 mil millones.
Sobre la posibilidad de atraer dinero mediante la participación en ese proceso, Gutiérrez dijo que hay corporaciones que representan un gasto y hay que manejar eso pronto y “esto es una oportunidad”. Para este año fiscal que vence el
30 de junio de 2016, la CPRDP cuenta con un presupuesto de $15.2 millones, de los cuales solo aporta $2.5 millones en ingresos propios, mientras $9 millones le llegan del Fondo General mediante resolución conjunta, y $900 mil de
asignaciones especiales, entre otros. Su nómina es de $7.1 millones por un estimado de 142 empleados, según aparece en el informe de presupuesto 2015-2016.
Si el gobierno decidiera entrar al proceso con WIPR y WIPM, al momento de evaluación la FCC decidirá de entre todo el espacio disponible y ofertará lo que necesite para llegar a los 600 MHz. Al ser un proceso voluntario, las estaciones tienen varias opciones, que van desde acceder a la venta total de sus espacio de señal y cesar operaciones, hasta vender y seguir su funcionamiento en otra frecuencia VHF alta o baja, para lo cual el estimado de pagos por la FCC es menor.
En la propuesta se incluyó a más de 200 jurisdicciones donde podrían adquirir la banda ancha de televisoras. En la jurisdicción de Puerto Rico hay 39 espacios de señal, de canales comerciales, gran parte de los religiosos y los de programación variada, entre ellos WAPA TV y WKAQ TV.
Joe Ramos, presidente de WAPA TV, dijo que “conocemos del proyecto pero nosotros no tenemos ninguna intención de ceder ancho de banda. Ellos (la FCC) pueden exigirle a algunas estaciones que cedan. A quien va a beneficiar mucho esto es a estaciones pequeñas que pueden obtener una ganancia sustancial, pero en WAPA que generamos unas ganancias más grandes, para nosotros no es tan importante”.
Aunque la FCC ha realizado subastas similares en el pasado esta resulta de mayor envergadura. Completado el cambio de la televisión a digital hace algunos años, con la actual propuesta se avecinan más cambios ante el auge y la necesidad de las empresas de telecomunicaciones por el alto y creciente mercado de consumo de datos en línea.
“Aquí lo que quieren darle es un espectro más grande a los celulares y otras formas de comunicación. La necesidad del ancho de banda en una televisora ahora es mucho menos”, indicó Ramos, y reconoció que los cambios en la industria “no van a parar… para una estación de TV tenemos que empezar a ver métodos alternos para que llegue nuestra señal. Ya el televisor va a ser un instrumento menos importante y la gente va a ver más TV a través de su teléfono y van a prevalecer los dueños de contenido”.
Una opción que tendría WIPR si decide vender es adquirir espacio comprado en otras estaciones para difundir su programación, que emplea a locutores, actores, técnicos, empleados de oficina y otros.
Carlos Antonio Otero, EL VOCERO
Periodista con 24 años de experiencia en la cobertura de temas económicos, política, tribunales y cultura en diferentes periódicos y revistas. Estudió periodismo en la Universidad del Sagrado Corazón e historia y cultura puertorriqueña en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y El Caribe.
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