El gobierno está al garete. No hay de otra. Los designios de la crisis son claros. La improvisación no ataja el caos. Su estrategia sin brújula, parece ser la de abrirse camino andando entre la maleza que crece salvaje sin control. Su desacierto financiero, profundiza la herida colonial-territorial que bien podría tornarse mortal. El gigantismo burocrático que se reprodujo sin sentido como fuente de empleo, dio pie a la falta de sana administración, al despilfarro de fondos, el pillaje, la corrupción que hoy nos pasa factura. Al perder la confianza del Pueblo, el gobierno pierde su legitimidad para gobernar. El gobierno intenta jugar sin éxito el doble tablero político—tanto a nivel local, como a nivel del gobierno de los EEUU. Veamos.
A nivel local, no cuaja su plan fiscal. A pesar de la retrahíla de medidas para aumentar toda suerte de impuestos durante este cuatrienio para cumplir con sus obligaciones; a la vuelta de la esquina del cierre de la presente sesión legislativa nuevamente vienen con el mismo cuento. No hay dinero. Como si eso fuese poco, se asoman aumentos tarifarios para acueductos y electricidad Evidentemente, cada medida que anteriormente tomaron para resolver la falta de liquidez para correr el gobierno, no ha dado el fruto prometido. Al menos así alegan. Increíblemente, el gobierno se aferra a su alegada falta de liquidez, sin informes auditados. ¿Cómo creerles? ¿Cuánto dinero realmente se ha recaudado con las medidas impositivas llámese IVU, IVA, importe en los muelles, peajes, “crudita”, aumento en partidas de tarifas de servicios? Un gobierno no se puede correr exigiéndole a la ciudadanía que le crea a partir de una fe ciega.
Nuevamente se nos informa que llegamos al momento de la suprema definición: escoger entre pagar a los acreedores o tomar medidas de austeridad para recortar jornada, salarios, bonos navideños, entre otras, que cada vez se acercan más al cierre del gobierno. Mientras se pretende exigir a bonistas que entiendan la precariedad de la situación fiscal de Puerto Rico para re-estructurar la deuda, el gobierno parece hacerse de la vista larga para no entender la precariedad en que coloca a quiénes prestaron de sus ahorros, invirtiendo en bonos o fondos mutuos en su planificación financiera. Entonces, ¿se pregunta por qué se les cierra las puertas para tomar prestado? Ellos mismo se han puesto la soga al cuello.
Mirar al Norte para nuestra salvación, ante un Amo que al momento se hace el desentendido, solo abona al desasosiego colonial. La tranquilla colonial ideológica lleva al gobierno del ELA a no exigir el respeto que nos merecemos como Pueblo. La sumisión del colonizado producto de la relación de desigualdad ante el poder del Imperio, los achanta al grado de no exigirle que asuman su responsabilidad histórica ante la debacle fiscal de su colonia. Los paños tibios no funcionan. El gobierno de Alejandro García Padilla intentó suavizar su petición de rescate financiero al Amo. En vista en que no hay señal alguna de la disposición a que el Tesoro de EEUU sirva de garantía para la emisión de un “super-bono” para consolidar la deuda de PR, el gobierno del ELA le dora la píldora para que les autorice legalmente la avenida para utilizar el mecanismo de ir ante el tribunal federal para re-estructurar su deuda. Respuesta de la Rama Ejecutiva dominada por el Partido Demócrata: tirar la papa caliente al Congreso en que el Partido Demócrata no tiene mayoría.
Por otra parte, se cocina una movilización por parte de la diáspora boricua al Norte a favor de exigir paridad en fondos para programas de salud para Puerto Rico. Su gesto solidario, contradictoriamente “echa sal a la herida” colonial. No podemos permitir que de forma anti-democrática se auto-denominen nuestros portavoces políticos, sin haber sido electos por quienes residimos en Puerto Rico. Ello solo profundiza la relación de carácter colonial, ¿ahora con nuestros propios conciudadanos(as) al Norte? Si bien es cierto que boricuas somos todos(as), no nos podemos desbrujular políticamente. Mantener el yugo colonial-territorial legitimando una representación política inexistente por parte de quienes fueron electos por sus constituyentes al Norte, pudiese rayar en lo perverso. De mayor peligro puede ser que incluso, adopten su propio plan de trabajo para Puerto Rico, sin nuestro aval político democrático en las urnas. Si bien es cierto, que las crisis pueden ser terreno fértil para generar cambio, tampoco podemos subsumirnos, abriendo puertas para perder nuestra voz en el proceso. ¡Debemos romper todos los esquemas políticos ajenos a nuestro interés, para levantar nuestra propia voz siguiendo nuestra brújula!
You must be logged in to post a comment Login