Estamos a 51 días de las primarias del 5 de junio de 2016. Por obra y gracia del PPD esta es una de las veces, en los últimos 50 años, donde más tarde en el calendario electoral se celebra un proceso de primarias. Fue un trabajo de carpintería electoral, ejecutado por Liza García y diseñado por el PPD, para afectar los resultados de las próximas elecciones. Por otro lado, mañana sábado, 16 de abril de 2016, la CEE de Liza tiene el cierre del registro electoral, que se le ha dado mucho menos publicidad que a la primaria republicana. Por más ciudadano americano que seamos si no hay registro no somos electores y no podemos votar en ninguna primaria ni en las elecciones generales. Al PPD le pudiera quedar solo siete meses en el poder, siempre y cuando los electores puedan llegar a ejercer su derecho al voto en las próximas elecciones.
El Partido Republicano de Puerto Rico tuvo la experiencia donde Liza y el PPD le cortaron los fondos para su primaria, limitándole el acceso a solo 110 colegios electorales en toda la isla para que solo pudieran votar un puñado de 40 mil electores. Con esos resultados el Gobernador dice en el Congreso republicano que con la estadidad seremos un “ghetto” y un estado Demócrata. Una manipulación del todo el proceso para influir en la estadística electoral y afectar adversamente nuestra democracia y la imagen de Puerto Rico en el Congreso.
Aunque no lo entienda, Liza tiene un deber constitucional y ministerial, por supuesto, con la democracia puertorriqueña, de defender los fondos correspondientes a la CEE para administrar unas primarias y elecciones confiables con escrutinio electrónico y contra las acciones dictatoriales del Gobernador que las impuso. Acostumbrados a ver como esta funcionaria sigue, con una obediencia servil, las órdenes del PPD, no nos debería extrañar que vuelva a recurrir a su arsenal de embelecos para alterar el ambiente electoral a última hora y para timonear las primarias para que se escojan los candidatos más vulnerables dentro del PNP; y luego, en las elecciones, ver si, por pura carambola, cuela a su candidato David Bernier. Esto lo hemos visto hasta en las interpretaciones baladíes y superfluas que Liza y sus consortes han hecho de la Ley y del Reglamento electoral.
Esto sería el modus operandi en la República Soberana; sería lo que nos espera y lo que nos tocaría vivir: sin la bandera americana, sin los derechos que emanan de la constitución de los Estados Unidos y sin la protección de nuestras libertades civiles en el Tribunal Federal. Eso es lo que quiere el PPD. Mientras sigamos siendo territorio americano, ante este asalto a la democracia habrá que reclamarle al Congreso y a los federales que nos garanticen primarias, elecciones confiables y el derecho al voto para que el PNP pueda reconstruir a Puerto Rico logrando la igualdad que solo garantiza ser el Estado 51.
Puerto Rico ha tenido el privilegio histórico de ser una de las más fuertes democracias del hemisferio y con uno de los más confiables sistemas electorales. Basado en la desconfianza mutua, pero con fuerte basamento en el imperio de la ley y sus reglamentos, con el respeto cónsono de los partidos políticos inscritos, nuestra democracia necesita de la debida atención y defensa de parte de la agencia donde se resguarda el derecho del elector a escoger a los que les gobiernan. Es el deber de Liza y de la CEE.
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